Narrador en primera persona

  • Diez días en un manicomio recoge los reportajes de Nellie Bly desde su primera misión clandestina, que emprendió para el New York World en 1887, con sólo 23 años. Se disfrazó de «loca» para ingresar en el manicomio femenino de Blackwell's Island. Pasó allí diez días como paciente antes de que el World consiguiera su liberación. Sus artículos condujeron a una investigación del gran jurado y a una revisión del presupuesto de los manicomios del Estado de Nueva York. Aunque los reportajes de Bly fueron a menudo presentados como un truco espectacular—por su periódico y otros—Diez días es un examen serio de lo que puede suceder a las mujeres a quienes la sociedad considera inconvenientes (estén o no enfermas). Bly utiliza aquí su característico humor de observación, entrenado en lo absurdo de la institución y de las personas que promulgan sus abusos. La edición de Cita sitúa este texto de referencia dentro de la tradición de la literatura feminista sobre las experiencias de las mujeres con enfermedades mentales, el tratamiento de la salud mental y las instituciones psiquiátricas.

  • En 'Novelas tontas de damas novelistas', la autora critica la mayoría de las novelas escritas por y para mujeres, afirmando que su trivialidad y desprecio por la realidad perjudican la causa de la educación de las mujeres. Este ensayo se publicó de forma anónima en la Westminster Review en 1856 y fue la primera publicación de Evans, justo antes de adoptar el seudónimo por el que sería conocida: George Eliot.

  • SOLO DISPONIBLE EN INGLES

    Family curses, demonic doppelgangers, lingering loss, and redemption--Gaskell's 1856 gothic ghost story presents a suspenseful tale with a feminist frame. The anchor to the story is Irish servant Bridget FitzGerald, whose power and fierce pain drives the story's conflict and, ultimately, its resolution, influencing the fates of entire families and towns.

  • Los personajes de La solterona (1925) aceptan al pie de la letra que dependen de otras personas y que no actúan del todo por interés propio. Están animadas por lo que hoy podríamos llamar ética feminista del cuidado, que centra la acción moral en las relaciones interpersonales impulsadas por el cuidado y la benevolencia y asume que los individuos dependen de una amplia gama de otras personas. En una situación desesperada, Delia y Charlotte se conectan.